Seguro estás hasta la madre del Storytelling, te leíste un par de artículos, viste un par de videos y nada, no tienes ni idea para qué o cómo usarlo.
Va, todo bien, acá te lo contaremos.
¿Por qué y para qué el Storytelling?
Bueno, quitémosle atavíos, y términos de moda. Esto se llama narración. Y varios teóricos del mercadeo han hablado al respecto. Por ejemplo Seth Godin y Laurence Vincent hablan de la función de las marcas para contar historia, y hasta se atreven a decir que hemos entrado en la era del relato.
Pero cómo se les ocurre por Dios decir una cosa de esas. Oh tu Jesus que naciste en un humilde pesebre …. Pero si siempre hemos estado en la era del relato.
Concepto de la Narración
Bueno, pues el concepto de narración es mucho más viejo de lo que la mayoría de nosotros cree, de hecho, según Yuval Noah Harari en su libro Sapiens, es la ficción la que logra hacer que los homosapiens nos hayamos diferenciemos completamente de otros homínidos, y que hayamos creado grandes pueblos. Pero esto lo abordaremos en profundidad en otro video.
Aristóteles, muchos siglos antes, es quizá el primero que habla del concepto y de hecho es tan poderoso que aún hoy tiene toda la vigencia. Tanta que Hollywood toma esta estructura para crear lo que en muchos libros se llamará la estructura clásica hollywoodense. Y que básicamente si una película no lo cumple nos aburre.
De hecho también en el colegio nos la enseñaron. Tiene tres partes. Planteamiento, nudo y desenlace.
Básicamente esta estructura narrativa es la forma de abordar un problema o conflicto en una historia.
Para hacértelo más claro.
El acto 1 o planteamiento, es el momento en que se presenta a los personajes y en qué lugar o contexto se desarrolla la historia. No lo alargues demasiado porque vas a desconectar a tu público. Y pasa rápido al conflicto, al problema que tiene ese personajes. Así que abres una pregunta que es la que buscaremos resolver en el transcurso del nudo o trama.
Contar historias en 3 actos: Planteamiento, Nudo y Desenlace
Para explicártelo mejor, tomemos la película Nemo: en los primeros minutos de la película nos cuentan la historia de un padre viudo y su hijo, ellos son pez payaso y viven en un arrecife de coral. El padre es sobre protector, pues carga un evento traumático por la muerte de su esposa y la perdida de sus futuros hijos, dejando solo a uno vivo, el cual nace con una pequeña discapacidad en una aleta, lo que refuerza su sentido de sobreprotección y su temor al mundo, que contrasta con un hijo eufórico por conocer el mundo y que se siente un poco asfixiado por su padre.
Ese es el mundo y los personajes. Hasta allí no hay problemas. Pero todo cambia con la aparición del conflicto, cuando el hijo es atrapado por un buzo en medio de un acto de rebeldía. Haciendo que el padre tome la decisión de ir hasta donde sea necesario para recuperarlo.
Allí es donde surge la pregunta que nos dejará en vilo, a la expectativa. ¿Podrá el padre atravesar el océano, encontrar a su hijo y traerlo sano y salvo a su casa? Realmente es allí donde arranca la película, el resto es contexto para llegar a este momento.
La expectativa por responder esta pregunta es la que nos hará estar con los ojos abiertos y sin perdernos un solo detalle.
En el nudo o segundo acto, es donde veremos todas las pruebas, peripecias y dificultades hasta resolver el problema. No sobra decir que es el momento de mayor duración de la historia. En este momento es cuando vemos las medusas en el camino, los tiburones, los aliados, las peleas. En fin. El caso es que la tensión va en aumento hasta que se resuelve el conflicto, es decir, hasta que el papá y el hijo se reencuentran.
Y entonces ya viene el desenlace o fin, que es donde vemos cómo se reacomoda la realidad y los personajes han tenido una transformación. El padre se vuelve más seguro y entusiasta y sana la relación con el hijo.
A partir de este esquema de tres partes centrado en una pregunta no solo se puede contar historias, si no para llevar mensajes ya sea desarrollar explicaciones, generar aprendizajes, exposiciones o vender ideas. Teniendo la certeza de mantener conectada a la audiencia y generar una mayor empatía.
Contando historias con empresas y/o marcas
Las empresas o marcas pueden usarlo también para contar su propia historia, teniendo dos efectos:
- Por un lado humaniza la marca, le pone cara y sentido. Nos lleva a las raíces del emprendedor y la acerca al mostrar sus fracasos y levantadas.
- Por otro conecta con sus colaboradores y empleados, inspirándolos al convertirlos en parte de esta historia, de la lucha y los sueños por alcanzar. Mostrando su relevancia y haciéndolos personajes de esta narración.
En la parte de abajo del video te compartimos un par de storytelling que nos encantan.
Así que ya tienes unos primeros pasos para crear las narraciones para tu marca, es hora de arrancar.
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Nos vemos en el próximo episodio.